miércoles, 18 de febrero de 2009

GORILAS EN LA NIEBLA

El año que acabamos de estrenar se significará por diferentes cuestiones, como todos los años, pero la más especial será la imaginación. Dicen los expertos que en tiempos de crisis se agudiza el ingenio y yo añado, el ingenio y el genio.
Los ateos, que al parecer no sufren ninguna crisis existencial, se han puesto manos a la obra pintando lemas en autobuses de Londres y Barcelona con lemas en los que reivindican su libertad de opinión. La Iglesia, la católica, sigue embarcada en su crisis perpetua, mientras que los evangélicos ya han anunciado que contraatacaran con una campaña de loas cristianas.
Mientras tanto, la ONU ha declarado el 2009 como el Año Internacional de los Gorilas, una especie en vías de extinción de la que los mas optimistas dicen que quedan unos 200.000 en todo el planeta y los mas pesimistas solo 6000.
Es curioso que la ONU, que siempre llega tarde a la hora de resolver conflictos en los que esta en juego la supervivencia humana, tuviera planeado desde el pasado año dedicar intensamente sus fuerzas para que en los 365 días de este nos concienciemos de que los grandes monos, nuestros verdaderos antepasados, están a punto de desaparecer.
La iniciativa llega tarde para Copito de Nieve, pero puede significar el resurgimiento de King Kong. Una prueba palpable de ello es que en la franja de Gaza han empezado a dejar sueltos a los monstruos de siempre, esos a los que la ONU no solo protege de año en año sino a los que da carta blanca de por vida para acabar con la vida de terroristas, de terroristas y de niños, de mujeres, de ancianos, de jóvenes que viven en un campo de concentración desde que nacieron, de hombres huérfanos, de humanos en peligro de extinción.
Muchos kilómetros más allá, otros monstruos, los del monopolio del gas ruso deciden cortar el suministro a media Europa. Los bosnios, que en su día estuvieron a punto de extinguirse por el nazismo postmoderno, tienen que afrontar de nuevo un invierno crítico sin una estufa en la que calentar su precario futuro.
Visto lo visto, los ateos tienen razón en poner en duda la existencia de Dios porque esta claro que muchos habitantes de la Tierra solo han conocido el infierno. Los cristianos también tienen razón en reivindicar los postulados de Jesucristo porque cada día vuelven a asesinarlo en Palestina. ¿Y la ONU?. La ONU también tiene razón en querer proteger a los gorilas porque como dijo Nietzsche “los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos”. Lo que no tiene la ONU es razón de ser tal y como funciona.
En el 2008 conmemoramos el sesenta aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, seis décadas en las que lo único que se han preservado son los derechos de los inhumanos que se ríen de las gracias de los chimpancés del circo, de los que tiran comida a los orangutanes en el zoo estando prohibido, de los que tienen el cerebro mas pelado que el culo de un mandril.
Con un poco de imaginación, en el 2009 igual encontramos entre la niebla algún homo sapiens que ponga a cada cual en el lugar que realmente le corresponde.

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