miércoles, 20 de mayo de 2009

CIRCULO DE ENGAÑOS

La peor sensación que puedo tener es la de que me tomen el pelo y últimamente la tengo desde que me levanto hasta que me voy a dormir e incluso tengo miedo de percibirla en sueños.
Normalmente las victimas de timos son pasto de su propia avaricia. Las estafas contienen un grado de percepción similar, pero con más categoría, una categoría similar a la del fraude. La tomadura de pelo no, la tomadura de pelo esta tan mal planeada por quien lo intenta que se te queda cara de imbécil porque lo ves venir y, aun así, te deja mas calvo que Yul Briner.
Visto lo visto en el último debate del estado de la Nación y la posterior resaca con las proposiciones votadas tengo la sensación de que , entre todos, me quieren depilar hasta las cejas.
En pocos días hemos pasado de tener ordenadores portátiles para todos los alumnos a no saber quien pagara el festival de final de curso. En pocos días se ha creado tal confusión con las ayudas a la compra de coches que los responsables de los concesionarios gastan mas en Tranquimacin que en descuentos. Y lo mismo con la desgravación de la vivienda, la ampliación del subsidio de desempleo, la píldora del día después, las compensaciones para los ceperos del Segarra-Garrigues o las obras de la autovía.
Es como si gobernantes y oposición se hubieran puesto de acuerdo para tomarnos el pelo de forma descarada, si ambigüedades, haciéndonos creer que son muy listos por engañarnos, darnos esquinazo, alimentando la farsa de la oratoria y convirtiéndola en burla. Y mira que es difícil que gobiernos y oposiciones se pongan de acuerdo en algo en este santo país de países, pero para dibujarnos con cara de pardillos van y pactan lo que sea y como sea.
La sensación de tomadura de pelo se amplia cuando nadie se pone de acuerdo con las consecuencias de la nueva gripe mientras las multinacionales farmacéuticas no hacen mas que subir en la Bolsa, cuando los que ni tan siquiera olieron el catacrack financiero aseguran que ven “brotes verdes” de recuperación o cuando nos venden la moto, esta con descuento, de que los que identificaron como el CSI de Malabo los cuerpos del Yak-42 lo hicieron de buena fe.
Desde que nos pegaron el cambiazo de la peseta por el euro esto de tomarnos el pelo se ha convertido en una triste costumbre y ya se sabe que las costumbres, en Derecho, acaban por convertirse en leyes. Leyes que se han impuesto sin bendición, leyes que nos obligan a comprar tomates que parecen serrín y no untan a quinientas pesetas el kilo, leyes no escritas porque son injustas.
Ajenos a todo esto, dos adolescentes conversan a mi lado sobre la excursión de final de curso. El mas bajito le explica entusiasmado a su amigo que los de su clase irán a la Costa Brava. Tras el largo entusiasmo un silencio, un silencio corto, corto pero intenso, que se desencalla cuando el chico dice: “pero yo no iré porque mi madre se ha quedado en el paro y no estamos para gastos extras”.
Los payasos de la tele hace años que se jubilaron, pero parece ser que hay quien piensa que tenían demasiada audiencia como para no seguir sus pasos. Podemos y debemos romper el círculo de engaños o, por lo menos, que alguien nos subvencione el próximo corte en el peluquero.