martes, 2 de noviembre de 2010

LA NARANJA MECANICA


Son las tres de la tarde y paseo con mi perro por la Avinguda Alcalde Areny. Dos adolescentes intentan saltar al interior de unos contenedores itinerantes que se instalan en la zona para depositar electrodomésticos viejos. La acción es observada con pasmo por parte de otros adolescentes que salen del instituto. Y los primeros, sin mas ni mas, amenazan a los segundos con esta frase “no me mires así que te pego una patada en la cabeza y te la reviento”.
Unos metros mas allá, cerca de la nueva pasarela, otro grupo de adolescentes con cara de ESO, se divierten apedreando a una paloma coja. El animal intenta volar pero alguna extraña minusvalía se lo impide lo que refuerza el ánimo festivo depredador de aquellos chicos con la mochila repleta de libros de historia, matemáticas e inglés.
Aun no han pasado ni cinco minutos cuando mi perro levanta la pata para marcar territorio junto a un árbol. Justo en ese instante, un niño de unos siete años se aleja de la sombra de su madre y con premeditación y alevosía, dispara un escupitajo de taberna lumpen hacia el lomo de mi fiel compañero.
Llego a casa y enciendo la tele. Un ilustre escritor como Perez Reverte es portada de todos los informativos por haber tildado de “cretino llorón” el saliente ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos. Y añade “si hubiera sabido la gran repercusión que ha tenido mi comentario le hubiera insultado antes”.
Poco después, otro presunto intelectual como Sánchez Drago se jacta de haber tenido relaciones sexuales con una menor de 13 años de edad y lo cuenta graciosamente en su último libro. Al cabo de unos días, una cajera es asesinada a tiros en una sucursal bancaria de Cambrils y un dependienta de una panadería de Barcelona es acuchillada por un atracador. Hace unas horas, unos desconocidos han destrozado el cristal de la puerta de acceso a la rampa para minusválidos que hay en mi portal.
Actitudes tan dispares como las expuestas servirían de base para una tesis doctoral sobre la denominada violencia gratuita. Es esa violencia que, por lo visto, viene regalada en algunos genes, es esa violencia que en algunos ámbitos tiene el premio del aplauso, de la gracia, la violencia del chiste que esconde el barómetro de la agresividad. Me refiero a la violencia que se respira en las colas de los supermercados, en los aparcamientos en doble fila a la salida de los colegios, en las cenas de empresa y en la mayoría de las reuniones familiares de fin de semana.
Isaac Asimov afirmaba que “la violencia es el último recurso del incompetente”, pero la incompetencia, no nos engañemos, es fruto de una mala digestión colectiva. Podemos, también aquí, acusar a los políticos para limpiar nuestras propias conciencias, pero mi perro no vota y sabe que morder a alguien no tiene recompensa. Es el control de la conducta, el control que debemos asumir con militancia, el control que debemos transmitir como valor máximo.
Es una paradoja que protejamos tanto nuestros sistemas informáticos con anti virus, filtros y demás patrañas tecnológicas y seamos incapaces de blindar nuestras actitudes mas destructivas. Mi perro está vacunado contra la rabia, pero los humanos aun tenemos que descubrir la cepa de nuestra rabia contenida.

viernes, 1 de octubre de 2010

CERO EN CONDUCTA


Las noches de insomnio no son buenas compañeras, pero a veces sirven para encontrar la respuesta adecuada a esos interrogantes que te persiguen durante el día. Gracias a una de esas noches de insomnio ya se a quien voy a votar en las próximas elecciones y en las siguientes y en las siguientes y en las siguientes.
“El mas importante y principal negocio publico es la buena educación de la juventud”. Se trata de una afirmación en la que todo el mundo parece que debería estar de acuerdo, pero la mayoría solo lo están de boquilla. Se trata de una afirmación de Platón, una afirmación que siempre se ha negado desde los poderes públicos y que ahora quieren redescubrirnos porque con algo hay que entretener al personal.
Resulta cuando menos extravagante que la enseñanza sea obligatoria y que se penalice el absentismo escolar, pero que nadie se preocupe para que esa etapa de la vida sea realmente fructífera. ¿De que nos sirve encadenar a un adolescente a un pupitre si su cerebro esta desprogramado para el aprendizaje, de que nos sirve informatizar las aulas si las redes sociales que de ellas se derivan están dominadas por mentes que consideran al Wikipedia como el mana de la cultura?
En los últimos años nadie se ha preocupado de prohibir la entrada en el mercado de trabajo a miles de jóvenes que, sin tener ninguna tipo de preparación académica, eran abducidos por el dinero fácil que emanaba del negocio del ladrillo y sus derivados. Son los mismos que ahora engrosan las bolsas de paro y no tienen futuro, porque nadie les advirtió, son los mismos a los que ahora se quiere formar deprisa y corriendo con cursos que, la mayoría de las veces, nada tienen que ver con las necesidades reales.
Es por todo esto que ya se a quien voy a votar en las próximas elecciones, en las siguientes, en las siguientes y en las siguientes. Mi voto será para aquel o aquellos que me aseguren que el vicepresidente o vicepresidenta del gobierno de turno llevara las riendas de la educación del pais. Mi voto será para aquel o aquellos que me prometan que la educación estará por encima de la economía en su mapa de ruta, mi voto será para los que juren lealtad a aquella máxima de Goethe “podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres”. Y aun mas, mi voto será para aquellos candidatos que puedan demostrar que están preparados, que tienen una formación solida, que hablan idiomas, que saben desenvolverse con las nuevas tecnologías, que han sido brillantes en el sector del que proceden.
Me rio cada vez que oigo que para salir de la crisis hay que ser competitivos. ¿Con quien queremos competir con Ecuador, a cuyo presidente le gasean sus propios policías, con Burkina Faso donde se mueren de hambre antes de nacer o con los chinos que trabajan, comen y duermen en el mismo espacio.
No deja de ser curiosa la paradoja de que con tantos años de burbuja inmobiliaria nadie haya aprovechado la coyuntura para hacer desaparecer los lamentables barracones prefabricados para construir colegios con los cimientos reforzados. A este país, empezando por las familias, nunca le ha interesado la educación y como dijo el escritor inglés Herbert Spencer “el objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a si mismos y no para ser gobernados por los demás”. Y yo, particularmente, no quiero que me gobierne Belén Esteban.

martes, 24 de agosto de 2010

ORIGEN


Observar el mundo desde una tumbona en la playa te sumerge en un mar de dudas. Esto es exactamente lo que me ha pasado este verano. Llegue a él confuso al comprobar la analfabeta violencia que emerge desde el Tribunal Constitucional contra todo lo que huela a catalán y me voy comprendiendo que hay que dejar de actuar como víctima y pasar a la acción.
La playa, lo que en ella ocurre cada día, un día cualquiera de vacaciones, tiene paralelismo con lo que ocurre cada día, un día cualquiera de nuestras confusas vidas. En bañador, los guapos son mas guapos, los gordos mucho mas gordos, los aburridos pasan desapercibidos hasta de ellos mismos y los únicos que permanecen autenticos son los niños.
Los brokers se pelean cada mañana aparcelando la primera línea de la playa con hamacas y parasoles de propaganda. Cuando el territorio parece controlado aparecen los oportunistas de siempre que viven de tu sombra y te arrebatan el espacio vital con el que has estado soñando los meses laborables.
En la otra punta, un grupo de jubilados juega a la petanca y forma un gran círculo en el que ofrecen sus recuerdos. Son los mismos jubilados a los que se pretende reducir la pensión de la vergüenza y que están dispuestos a cualquier cosa con tal de ser felices. Una felicidad que nunca alcanzará el vecino ese que tiene un loro en el balcón y que cada dos minutos tararea la melodía del puente sobre el rio Kwai.
Sigo enrocado pensando que le aportara ese pájaro enjaulado ,que esta condenado de por vida a silbar la misma canción, una y otra vez, mientras su amo quiere convencer al resto de la comunidad que es diferente cuando en realidad lo que ha dejado de ser es un ser racional. Se trata de la misma irracionalidad de los que están convencidos de que la “roja” hizo renacer el espíritu de Roberto Alcazar y Pedrin. Ese espíritu, que nadie se confunda, ha existido siempre.
Estos días en la playa también he observado que el catalán es el único idioma que no se habla en Catalunya. Tal vez por eso, los hay que piensan que no hace falta defenderlo porque sencillamente no existe. Los dialectos del sur han colonizado tan intensamente el panorama lingüístico que incluso es complicado hacerte entender. Los hay que ni tan siquiera utilizan bien el castellano y rotulan pizarras de menús con palabros como “franfut” o “brabas”.
Mientras tanto, los de aquí siguen empeñados en demostrar su identidad con sardinadas populares y habaneras, se mantienen anclados en tiempos pretéritos a sabiendas de que lo único que les queda es volver a celebrar una derrota el próximo 11 de septiembre. Finiquitadas las corridas, los que hasta ahora veían los toros desde la barrera tendrán que bajar a la arena para construir castillos creíbles.
Estoy, como Di Caprio, intentando encontrar el origen, pero no se si sueño dentro de un sueño o estoy condenado a revivir una pesadilla tras otra en el nuevo curso política que empieza. Volverán las oscuras golondrinas y con ellas gaviotas sin discursos, claveles marchitos y encantadores de serpientes. Y como decía Platon: “todo lo que nace proviene necesariamente de una causa, pues sin causa nada puede tener origen”. Alguien debería atreverse a buscar nuestras causas para no convertir el origen directamente en un lamento.

viernes, 21 de mayo de 2010

ROBIN HOOD


Hace mas de un año se daba por finiquitado el sistema capitalista tras descubrirse que los mercados están controlados por cuatro desaprensivos. Fue entonces cuando alguien se invento el termino “refundar”, un termino que no existe como tal en ningún diccionario y que ahora vuelven a utilizar para convencernos de que tenemos que pagar la crisis los que no la provocamos ni por asomo.
Sinceramente, creo que ya ha llegado el momento de que nos hablen claro y que los responsables políticos de los gobiernos del mundo mundial se bajen los pantalones en público y reconozcan que son unos meros títeres de las grandes fortunas.
Keynes afirmaba que “el mercado permanece irracional mas tiempo del que usted puede permanecer solvente”. El mercado es una gran dictadura que somete a las débiles democracias que hemos fabricado, a golpe de elecciones, sin que nadie se haya preocupado lo mas mínimo por retroalimentar las bases que las sustentan. Los demócratas no hemos sabido cuidar nuestro negocio creyendo en la fortaleza de un sistema que solo nos autoriza a introducir, de vez en cuando, una papeleta en una urna. Esto permite que elijamos las fichas para jugar al monopoly, pero los dados, los dados trucados los tiran otros, los que nadie se atreve a decirles a la cara que son unos tramposos, los que se aprovechan del dinero de todos para tapar sus agujeros, los que a pesar de esos agujeros siguen cobrando miles de millones a través de su poder feudal.
Visto lo visto, una de las grandes medidas de austeridad que deberían aprobar los políticos es el compromiso de que en las próximas elecciones autonómicas, municipales y generales no van a gastar mas de cien euros por candidato en sus respectivas campañas. Se comprometerán también a cobrar el sueldo base y en base a los objetivos que les marquemos los ciudadanos a final de año percibirán los pluses correspondientes. Puestos ya, hagamos funcionar las democracias como una empresa y mandemos al paro a los que no defiendan los intereses del consejo de administración en el que cada uno de los ciudadanos tiene voz y voto. Puestos ya, vamos a constituirnos en tribunal popular y dictemos sentencia contra los magistrados del Tribunal Constitucional por su manifiesta incompetencia e ineptitud y que cumplan la condena del olvido.
Desgraciadamente, ha llegado un momento en que me da igual quien gobierne, pero exijo que el que lo haga defienda a las personas y no a las corporaciones, exijo que el que lo haga se enfrente decididamente a los que, sin presentarse a ningún plebiscito, legislan desde la sombra. Necesitamos un Robin Hood que robe a los especuladores y reparta esas riquezas entre los mas pobres, necesitamos un Robin Hood que nos devuelva la confianza en nosotros mismos, que recupere el valor del esfuerzo y, sobre todo, necesitamos un Robin Hood que nos guíe y desenmascare a los traidores.
Se nos acaba el tiempo y el poco que tenemos lo malgastamos. Yo, como Andy Warhol “he decidido comerciar con cosas realmente fétidas porque enseguida se convertirán en un éxito en un mercado masivo que realmente apesta”. Igual consigo algún premio como emprendedor del año.

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL BAZAR DE LAS SORPRESAS


Estamos tan acostumbrados a que nos lo den todo hecho, a la rutina diaria y a la falta de emociones que la capacidad de sorpresa ha dejado de cotizar. El aburrimiento se ha convertido en el mejor aliado de los que quieren imponer el orden de que para cuatro días ya estamos bien como estamos.
No tendría que pasar un solo día sin que permitieran sorprendernos por algo aunque ese algo fuera una sorpresa desagradable. Desagradablemente esto no solo no es así sino que ya nadie sorprende a nadie. El ingenio ha quedado denostado por la vulgaridad, la simetría ideológica y las palabras vacías de contenido.
Si tenemos que aceptar la moda como referente de lo que pasa en una sociedad, la actual moda juvenil es incolora y monotemática. Pantalones tejanos, una sudadera y zapatillas deportivas configuran un atuendo que bien podría servir para una reformada comunidad maoísta. Me preocupa que esa alineación estética conlleve una alineación mental sin espacio para la obligada acritud generacional. Nadie tiene nada que decir sobre el nefasto futuro que les pretenden diseñar
Si tenemos que aceptar la política como referente de lo que representamos para el resto del mundo el único que aun es capaz de sorprender, de vez en cuando, es el presidente Zapatero. Con su disfraz de camaleón y su habilidad de predicar con el “donde dije digo, digo Diego” sorprende incluso a los miembros de su propio partido.
Si tenemos que aceptar la economía como animal de compañía, las sorpresas han dejado paso a los sustos de los que quitan el hipo. Cargarse a Solbes no fue ninguna sorpresa, pero si lo ha sido comprobar que sus premoniciones no estaban equivocadas. ¿Dónde estas corazón?
Y si tenemos que aceptar los encuentros profesionales como foros de debate es como si todos estuvieran patrocinados por anestesistas. Nos hemos convertido en un gran fumadero de opio en el que nos adormecemos de forma permanente .Los hallazgos sorprendentes no tienen prensa porque la mala prensa se ha encargado de invadir nuestras neuronas de espectáculos grotescos y princesas de pueblo que no del pueblo como las etiquetan.
Las llamadas telefónicas a horas intempestivas también han dejado de formar parte de la sorpresa mas o menos grata. Antes de descolgar ya sabes quien llama. Se trata de esa voz, casi siempre con acento latinoamericano que, violando tu intimidad, te amenaza con todo tipo de presiones para que cambies de compañía y aceptes sus ofertas con letra tan pequeña que necesitas un curso de la ONCE para desentrañar el acertijo. De verdad pienso que Garzon perdió aquí una oportunidad de oro para desvelar a que se dedican las familias de los torturadores de las dictaduras de Chile y Argentina.
Me extraña que la Conferencia Episcopal, en su empeño por monopolizar la moral y las buenas costumbres no haya planteado una campaña para incluir en los diez mandamientos el de “no sorprenderas”. Su grado de cumplimiento no seria comparable con el de ningún otro precepto de las tablas de Moisés.
Ahora que se ha modificado la ley de espacios comerciales propongo que lejos de propiciar muebles a piezas o artículos deportivos made in china subvenciones un bazar con las estanterías repletas de sorpresas con las que llenar nuestras despensas de un poco de alegría y originalidad.

lunes, 15 de marzo de 2010

ENSEÑAR A UN SINVERGÜENZA


Hay dos tipos de sinvergüenzas, los que nacen y los que aprenden. Los primeros pueden ser etiquetados de frescos, descarados, tunantes, pillos e incluso picaros. Los segundos acaban recibiendo apelativos como caraduras, golfos, canallas, ruines, granujas, rufianes o jetas. Los primeros te pueden hacer sonreír, los segundos son tan despreciables que incluso te impiden llorar.
Siempre con el beneficio de la duda, creo que los responsables de las compañías eléctricas en Catalunya no nacieron sinvergüenzas sino que han aprendido a lo largo de los años. La experiencia para un aprendiz a desvergonzado es la clave del éxito, el éxito del bribón.
Liberalizar las eléctricas tenia que conllevar competitividad tanto en precios como servicios. En cuanto a los precios aun hoy nadie me ha explicado porque pago cada mes una cantidad similar a la que hace un año pagaba cada dos meses. Respecto a lo segundo alguien ha confundido el termino servicios con letrina y lejos de estar “al fondo a la derecha” han decidido cagarse en la cabeza de miles de vecinos de la provincia de Girona.
Una nevada, una fuerte nevada para que no digan que me apunto a la demagogia, ha provocado la caída de 33 torres eléctricas. No quiero ni imaginarme la que se armaría si la tierra temblara como en Chile o Haiti.
La mejor táctica del manual del sinvergüenza es acusar al vecino de al lado de la culpa de sus propios errores. Que el Madrid chulo y arrogante de Florentino no funciona con el súper talonario, pues la culpa es de los árbitros. Que el Gobierno no sabe sumar dos y dos son cuatro, pues la culpa es de la enseñanza que aplicó la oposición cuando no lo era. Que la oposición esta llena de mangantes sin escrúpulos, pues la culpa es de los jueces de izquierdas. Que la burbuja inmobiliaria ha dejado miles de damnificados que pagarán la hipoteca hasta después de muertos, pues la culpa es de los bancos. Que estos no hacen llegar el crédito a las empresas pues haberlo pedido antes.
Todos los sinvergüenzas que nos rodean tienen perfectamente estudiados sus planes de expansión, pero los que hasta el momento han demostrado tener una planificación mas estratégicamente efectiva son los responsables de las compañías eléctricas. Nos tienen tan cogidos de los genitales que se permiten el lujo de mofarse en nuestras caras de sus irresponsabilidades con la tranquilidad de que mañana volveremos a apretar el interruptor.
La connivencia y la cohabitación son los pilares básicos de las actuaciones vergonzantes. En estos dos peldaños se encuentran los que actúan impunemente y los que lo permiten.
Puede parecer arcaico, pero algo tan básico como el suministro eléctrico no puede estar en manos de gentes sin escrúpulos capaces de acusar a los propios consumidores de su ineficacia.
Invitemos, invitemos a todos estos sinvergüenzones a comer todos los alimentos que se han podrido por su culpa, invitémosles a recuperar las horas pedidas en decenas de cadenas de producción, acojámoslos sin mascarillas en las casas de los que casi han muerto por la obligada combustión de los equipos electrógenos y, finalmente, organicemos una fiesta, una gran fiesta para que despelotados ante la sociedad nos enseñen sus vergüenzas que, aunque pequeñas, deben tenerlas.

miércoles, 3 de marzo de 2010

LLAMARADAS

El hombre primitivo se diferencio del resto de los animales cuando consiguió encender la primera brasa. Prometeo robo el fuego del Olimpo para entregarlo a los humanos y dejo de ser un privilegio de los dioses.
La teoría del “Tetraedro del fuego” especifica que se necesitan cuatro elementos para que un fuego tenga continuidad: combustible, oxigeno, temperatura y reacción en cadena.
Dicen los entendidos que el fuego es la manifestación visual de la combustión, pero también es la expresión social mas peligrosa. De los fuegos guerreros, el amigo y el cruzado, solo se salva el alto. El fuego fatuo, por desconocido, siempre ha dado miedo, el fuego en el cuerpo desata pasiones incontroladas y el de San Telmo es bienvenido por los marineros, pero puede variar el rumbo de un barco si el timonel se distrae con el esplendor que hace desprender de los mástiles.
Con el fuego se han quemado montañas de libros, iglesias e incluso pianos como hacia Jerry Lee Lewis en sus comienzos. Ahora los pirómanos urbanos incendian a los apaga fuegos y esta de moda que todo el mundo escriba sobre ello distrayendo al gran público con fuegos artificiales que, tras su vistosidad, esconden las verdaderas miserias.
Tolstoi escribió que “hay quien cruza el bosque y solo ve leña para el fuego”, pero el bosque esta lleno de tenebrosas criaturas que se alimentan de nuestras perdidas de tiempo en combustiones fugaces. Las alimañas se frotan las manos cuando nos ven distraídos en juegos de rol inventados por ellas mismas.
Hace unos días, la viuda de uno de los bomberos fallecido en el incendio de Horta de Sant Joan escribía una carta pidiendo, reclamando, casi suplicando que dejen en paz a los muertos. Los compañeros de estos exclaman en el Parlament que les da miedo ponerse frente a los políticos que no entienden de quemazones en el alma e intentan sacar rédito electoral incluso de la desgracia ajena. No hay nadie con dos dedos de frente que sea capaz de frenar la erupción circense que se ha montado alrededor de este tema como si alguien estuviera interesado en recuperar aquel vergonzante icono de feria llamado el “bombero torero”. No hay que confundir la incompetencia mediática de la mayoría de nuestros dirigentes con la profesionalidad de un colectivo que cada día se juega la vida por nosotros. El que juega con fuego se quema y en el Parlament, con la excusa de buscar una extraña verdad, se están utilizando lanzallamas preelectorales comparables a las piras de la inquisición. Pero donde hubo fuego cenizas quedan y las cenizas son tan difíciles de borrar como las heridas. Recientemente, los mandos norteamericanos en Afganistán han pedido perdón por las victimas civiles que han provocado en los nuevos ataques a territorios controlados por los talibanes. Me imagino la cara de los familiares de los muertos al escuchar las disculpas, unas disculpas engendradas desde el mas profundo de los cinismos.
Jean Paul Sartre insistía en que “no hay necesidad de fuego, el infierno son los otros”. Y nosotros, a veces, nos escaldamos en nuestras propias calderas.

lunes, 15 de febrero de 2010

LA DIGNIDAD DE LOS NADIES


Llevo varios días buscando una definición de la palabra “nadie”. Es como si a nadie le interesara concretar. Algunos diccionarios se limitan a comparar a nadie con nada y los mas expresivos se atreven a confirmar que “nadie” significa “ninguna persona” o “persona insignificante”.
Con estos parámetros tan superficiales es fácil entender porque los autodenominados como países desarrollados están haciendo el ridículo en Haití. Un ridículo que provoca vergüenza, un ridículo que nada tiene que ver con las sobredosis de solidaridad que los humanos libres, como personas independientes, somos capaces de demostrar ante las desgracias ajenas.
Han pasado ya varias semanas de lo del terremoto y, como era de esperar, los cementerios radiactivos, la decadente economía española, las nevadas en Estados Unidos e incluso las veguerias han ido arrinconando en el plano informativo a los cadáveres putrefactos de Puerto Príncipe, a los traficantes de niños huérfanos, a las mujeres violadas y a todos esos colaboradores humanitarios que siguen combatiendo enfermedades contagiosas con agua oxigenada. Son lo mismo antes y después del desastre: nadie. Son los desgraciados de siempre, son lo que siempre hemos querido que sean, personas insignificantes.
Un reciente informe de la Organización Mundial de la salud ha alertado que en el año 2015 habrá en el mundo 1.500 millones de personas obesas. Ateniéndonos a las frías estadísticas de organismos internacionales similares, en los próximos cinco años morirán mas de 45 millones de personas por falta de alimentos teniendo en cuenta que la muerte por hambruna se cobra cada día 25.000 victimas de las que cada siete segundos son un niño.
No es comparable. No podemos comparar la magnitud del problema que puede acarrear para las arcas de los gobiernos y bancos mundiales las cardiopatías, los ríos de colesterol y los aludes de ácido úrico de 1.500 millones de gordos con 45 millones de “nadies”. Pero tal vez sean comparables los campos de exterminio nazis con la pobreza eterna a la que tenemos confinados a la mayoría de los pobladores de Zambia, Zimbabwe, Chad, Sudan, Liberia y, por supuesto, Haití. Hitler gaseaba judíos y el mundo occidental actúa impunemente como un asesino en serie perpetuando el genocidio y la limpieza étnica en los territorios mas subdesarrollados del planeta.
La pregunta a la que no hallo respuesta es ¿de qué se ríen? Los niños y las niñas pobres de solemnidad siempre ríen ante las cámaras. Tienen una sonrisa firme que contrasta con la tristeza de unos ojos que se han cansado de llorar. Podría ser una sonrisa vengativa, pero no lo es. Podría ser una sonrisa de mofa, pero tampoco. Podría ser una sonrisa protocolaria, pero ni mucho menos. Mas bien pienso que su sonrisa es la dignidad, esa dignidad de los nadies que nadie les puede arrebatar por mucho que nos empeñemos, la misma dignidad que nosotros hemos perdido por permitir lo que permitimos.
La frecuencia con que nos ponemos en la piel de otro esta tan devaluada que debería introducirse como materia obligatoria en la asignatura Educación para la Ciudadanía. Solo así podemos tener alguna esperanza de que nuestros hijos sean dignos de sonreír.

jueves, 14 de enero de 2010

EL IMPERIO CONTRAATACA

El neocolonialismo es el control indirecto que ejercen las grandes potencias sobre sus antiguas colonias o, en sentido amplio, los Estados hegemónicos sobre los subdesarrollados. Estos países no disfrutan de una independencia plena, sino que están sometidos a los dictados culturales, políticos, lingüísticos y económicos de otro.
El neocolonialismo es diferente al colonialismo, que se caracteriza por un control directo. Así, se emplea la fuerza militar para la ocupación del país y se establecen colonos procedentes de la metrópoli en el territorio sujeto a dominación. Un caso de neocolonialismo formal o efectivo sobre un territorio es el que ejerce el Reino de Marruecos sobre el antiguo Sahara Español. Un caso de neocolonialismo descarado es el que pretende el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, con su propuesta de unas Olimpiadas de invierno para el 2022.
Sin encomendarse ni a Dios ni a su madre y cumpliendo los mandatos del imperialismo mas medievalista va el hombre y anuncia que impulsará unos juegos blancos en los que Barcelona será la sede central, pero que contará con las pistas de esquí del Pirineo. Una gran idea teniendo en cuenta que las montañas de Montjuïc y el Tibidabo no están muy preparadas para el slalom.
Inmediatamente, la práctica totalidad de los representantes institucionales de nuestro territorio se manifiestan abiertamente a favor de la iniciativa del Hereu mostrándose como sumisas pubillas y efectuando comentarios como “permitirá el resurgir el pirineo” o “servirá para paliar el déficit en infraestructuras”.
Después de décadas y décadas sometidos al centralismo de Barcelona y de sus dirigentes resulta que ahora, gracias a una decisión unilateral tomada en las cavernas de la plaça Sant Jaume, las abandonadas carreteras de las comarcas de montaña se convertirán en modernas vías de comunicación, el puerto de la Bonaigüa no se cerrará a la primera de cambio y la implicación institucional que vienen reclamando desde hace años las estaciones de esquí para ser competitivas con Aragón y Andorra esta asegurada.
Empezando así hay que olerse como acabara. Para vender una imagen conjunta de Barcelona 2022 hay que empezar por pintar nuestros taxis de amarillo y negro, trasladar la celebración del aplec del cargol al zoo de la Ciutadella, hacer la bajada de raiers con golondrinas y, por supuesto, dejarse de debates estériles sobre la futura distribución territorial de Catalunya: Barcelona vegueria única, Barcelona circunscripción electoral única.
Si con el AVE se cae la sagrada Familia ningún problema. Trasladaremos piedra a piedra la Seu Vella y las iglesias románicas de Boí al centro del área metropolitana y el nuevo aeropuerto Lleida-Algüaire puede servir perfectamente de vertedero de las basuras generadas en el Prat. Y el Arnau de Vilanova que lo cierren para poder recuperar aquella tradición de la infancia que consistía en ir al medico a Barcelona si querías que te salvaran la vida.
A pesar de los pesares, nunca antes el imperio había contraatacado con tanta desfachatez. Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen tienden a perder el respeto. Seamos maduros y dejemos de ser tan dependientes de los Mister Marshall de siempre.