viernes, 14 de septiembre de 2012

MANIOBRAS DE DISTRACCION


La capacidad de desinformación que hemos alcanzado en los últimos tiempos es directamente proporcional a la incapacidad manifiesta de los ciudadanos frente a los atropellos de sus aspiraciones.
Hasta hace bien poco, para idiotizarse era necesario apretar algún que otro botón concreto del mando a distancia. Ese duro ejercicio mental nos llevaba hasta paraísos chonis como los de Mujeres y Hombres y viceversa o a éxtasis aneuronales como Sálvame. Ahora, el fluido viral se ha extendido de tal forma que con solo salir a la calle cualquier humano puede disfrutar de las maniobras de distracción.
El rescate de nunca acabar, los cansinos dimes y diretes de Eurovegas, los magos de Barcelona Wold,  huelgas de hambre que no de hambruna, la excedencia real de Urdangarin, restos óseos de niños que pudieron ser y no han sido, abuelitas que en lugar de fabada asturiana cocinan restauraciones Ecce Homo, concejales que se masturban   y corridas de toros en horario infantil, mareas independentistas y coroneles que en lugar de ofrecer su sangre para donaciones prefieren malgastarla en defender la unidad de España, mártires virtuales con asilo en la embajada de Ecuador, aceituneros altivos asaltando supermercados y convocatorias electorales varias para las próximas semanas.
No hay ninguna agencia de comunicación que sea capaz de lanzar al mercado tantas maniobras de distracción  y tan variadas en tan poco tiempo. Me cuesta imaginar que se trate de una campaña orquestada por los servicios de inteligencia porque ya no queda inteligencia al servicio de nadie, me cuesta creer que se trata de una cuestión del azar porque siempre hay alguien que se guarda un as en la manga. ¿Tengo que llegar a la conclusión de que se trata de efectos paranormales? Pues no.
Un Efecto paranormal es que no nos demos cuenta de que empezamos enviando a nuestros hijos al colegio con un tuper y acabaran cocinando en el recreo con un camping gas. Un Efecto paranormal es que en los dos últimos años 8.000 periodistas se hayan quedado en el paro y los responsables universitarios no sean capaces de explicar a jóvenes ilusionados que nunca trabajaran de lo que han estudiado. Un efecto paranormal es poner candados en los contenedores para preservar la salud de los que la pierden por no tener un salvoconducto oficial. Un efecto paranormal es que le den el Premio Príncipe de Asturias del deporte a Iker y Xavi en lugar de a esos héroes modernos que se lanzan a la piscina con las piernas paralizadas o corren en bicicleta sin brazos. Un efecto paranormal es que la comunidad internacional siga autorizando matanzas indiscriminadas en Siria. Un efecto paranormal es que los hombres de negro de Bruselas no acepten que Grecia recorte en gastos militares y la obliguen a difuminar pensiones y despedir a 150.000 funcionarios.
El ver para creer ha dejado de tener sentido porque nos lo creemos todo sin necesidad de poner el dedo en la llaga. El futbol ya no es el opio del pueblo sino que el opio se ha convertido en el verdadero futbol del pueblo. Somos lo que quieren que seamos y asentimos cada día para que así sea.
Pero no hay de que preocuparse. A partir de ahora ya tendremos un banco malo, un banco malo malote donde ingresaran los activos tóxicos, es decir, el dinero que nos han robado y el que han dejado de pagarnos. Mantened los ojos abiertos y pensad por vosotros mismos.

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