REFLEXION DESDE EL SÓTANO

Los analistas que todo lo analizan ya habrán hecho, a estas alturas, un análisis pormenorizado de todo lo que ha sucedido en las últimas elecciones. Son ese tipo de análisis con los que se sacan conclusiones tan pueriles como las de las encuestas y los sondeos preelectorales. Nunca aciertan, pero siempre tienen la disculpa del voto oculto.
Por su parte, los candidatos, ganadores y perdedores, ya se han reunido con sus respectivas ejecutivas del partido para abrazarse unos y fustigarse los otros. Eso si, en silencio y a escondidas, como los jueces del tribunal Supremo y los del Tribunal Constitucional que una vez si y otra también, se reúnen de noche para deliberar lo que la calle ya ha enjuiciado.
Así, entre euforias y lamentaciones, nadie conjuga el verbo reflexionar y ven a los indignados que se acampan como una tribu suburbana que les ha cogido con el pie cambiado durante la campaña, pero que ahora intentaran diluir como una sopa instantánea. Yo reflexiono, tu reflexionas, el reflexiona, nosotros reflexionamos, vosotros reflexionáis ¿y ellos?, ellos no tienen tiempo. Unos preparando las primarias para salir del desastre y los otros reclamando anticipadas para aprovechar la corriente.
Vencedores y vencidos siguen sin enterarse de la película, una película que probablemente tendrá un final feliz, para ellos, porque el verdadero problema no está en los políticos sino en los votantes. Y en concreto me refiero a esos votantes que alimentan la corrupción, que la amamantan con el Red Bull de su complicidad en las urnas y que admiten, sin desfachatez, que lo importante no es participar sino ganar, ganar a cualquier precio.
Nuestra democracia necesita una circuncisión para que las relaciones entre los ciudadanos y los partidos políticos sean plenas y placenteras. Nuestra democracia necesita quince días de reflexión y uno de campaña. Nuestra democracia necesita menos bocas y más oídos. Nuestra democracia necesita que las escuelas formen demócratas, es decir, personas capaces de pensar por si mismas y sobre todo, personas capaces de razonar.
El discurso fácil de los xenófobos, el de los periodistas con masters en intoxicación, el discurso de los falsos abstencionistas demagogos y el de los mercaderes del miedo útil esta mas acampado en la calle de lo que lo pueda estar el de Democracia real ya! o #notenemosmiedo. Y está ahí, al amparo de lo constitucionalmente correcto, porque se lo han trabajado con tenacidad y con paciencia, buscando amigos por los rincones y apoderándose del sistema. Que nadie busque fantasmas donde no los hay porque estos son los verdaderos antisistema y los que bombardean la autentica democracia desde dentro.
Hoy he decido reflexionar desde el sótano porque en la calle hay mucho ruido. A pesar de ello, me llegan las voces del escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano confirmando que “ahora el mundo está dividido entre indignos e indignados”. Seguro que nadie se siente identificado con los primeros, pero son sus actitudes las que propician que los segundos sean tantos. No hacen falta volcanes islandeses para convertir Europa en un cenicero.
Mientras tanto en Siria, venga matar gente, venga desaparecidos. Pero eso es otro debate. Hay que reconocer que no hay tiempo para todo y ahora lo realmente importante es saber quien fichara a Joan Laporta para las próximas elecciones. Las malas lenguas dicen que los independentistas chechenos le siguen la pista. Todo se andará.