viernes, 6 de noviembre de 2009

TRUCO O TRATO

El mes de noviembre de este año pasara definitivamente a la historia como el de la consolidación del halloween en el ámbito de las celebraciones sociales. Una consolidación impuesta que hemos aceptado como borregos que, al fin y al cabo, es lo que somos.
El atontamiento al que se ha dejado arrastrar el ciudadano medio, entre los que me cuento, hace que los incompetentes se adueñen de todas las circunstancias que nos rodean incluso de las mas sencillas como son las tradiciones de toda la vida. El escritor Francisco Ayala, recientemente fallecido, afirmaba que “la incompetencia es tanto mas dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente”.
Tras aceptar sin pestañear celebrar todos los santos disfrazados de monstruos en lugar de comiendo castañas y panellets, tras adoptar a papá Noel en detrimento de la magia de los reyes de Oriente, tenemos que estar preparados para nuevos cambios. Y puestos a cambiar hagamos propuestas peculiares.
Que tal si al 1 de Mayo lo rebautizamos como Día del Parado. Que tal si el Día del Libro lo convertimos en el Día del Ordenador y, puestos ya, que tal si en lugar de calçotadas hacemos hamburguesadas. El Aplec del Caracol, para ser mas integrador, podría denominarse Aplec de Kebab, al ratoncito Pérez le llamamos Mickey directamente y al caganer Millet.
Las fallas de Valencia lo tienen fácil para adaptarse a los tiempos modernos y podrían pasar a titularse “Millenium” por aquello de la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Por cierto, con tanto guiri no tardaremos en correr delante de bisontes en lugar de toros en los sanfermines.
Cinismo al margen, hay otro tipo de fiestas y celebraciones que con el tiempo han ido evolucionando tanto que no hay peligro de que se vean sometidas a la influencia de otras culturas. El Carnaval, por ejemplo, ha dejado de ser un evento puntual del calendario para convertirse en el día a día del mundo de la política y lo mismo pasa con los gigantes y cabezudos transitan por nuestras calles y plazas sin necesidad de formar parte de ninguna comitiva de fiesta mayor.
Lo del fútbol ya es otra cosa porque los pobres millonarios del balón que hasta ahora disfrutaban de nuestro paraíso fiscal tendrán que tributar como cualquier otro. Y esto si que puede suponer un cambio radical en nuestras vidas porque si se para la Liga las televisiones de pago tendrán que devolver el dinero a sus abonados a no ser que oferten retransmisiones de padel, la gran herencia que dejo Aznar entre las clases medias de nuestro país y que nunca se le ha reconocido como se debe.
Al pan pan y al vino vino. Los corruptos a la cárcel y que devuelvan el dinero que han robado, los que no defienden a nuestros pescadores de los piratas somalíes que dimitan, los que aspiran a gobernar que demuestren que son competentes en la oposición y nosotros a ver si nos ponemos las pilas porque nos acabaran metiendo mas goles que al portero aquel de la selección de Malta.
Se empieza aceptando Halloween como si nada y se acaba creyendo que Jorge Javier Vázquez es un genio de la comunicación porque le han dado un Ondas. Truco o trato.

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